Las catastróficas tormentas de agosto de 1995 en Yebra y Almoguera
infoJUCAR | El jueves 10 de agosto de 1995, varias
tormentas de gran intensidad arrasaron las poblaciones alcarreñas de Yebra y
Almoguera, provocando la muerte de 10 personas
Coche arrastrado por la riada de
Yebra (Guadalajara) en agosto de 1995. Fuente: El País
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© PEDRO GAVIDIA – METEORÓLOGO DE AYORA
| La jornada de aquel 10 de agosto, amaneció totalmente despejada y tranquila
sobre toda la comarca de la Alcarria (Guadalajara).
Nadie ni nada hacía
presagiar el terrible y fatal desenlace que se produciría ya avanzada la tarde,
en varios municipios de la zona. Las fuertes tormentas comenzaron a última hora
de la tarde. Las fuertes tormentas comenzaron a descargar con fuerza sobre el
municipio de Yebra alrededor de las ocho y media de la tarde, cogiendo
desprevenida a gran parte de la población. De hecho, la localidad tenía
censados por aquel entonces unos 700 habitantes, llegando a 3.200 en la época
estival, y aquel día la mayoría de las víctimas fueron sorprendidas a la salida
del funeral por la muerte de una vecina. El funeral comenzó a las 8 de la tarde
y, quince minutos después, el inicio de la tormenta provocó un apagón que dejó
sin luz a la iglesia. No obstante, el acto religioso prosiguió y una vez
finalizado la gente pudo acompañar a la difunta al cementerio, ya que comenzaba
a llover, pero aún de forma mansa y tranquila. A la vuelta del camposanto, la
lluvia arreció de una forma torrencial e inesperada y algunos familiares que
estaban más rezagados, no tuvieron más opción que refugiarse en los bajos de un
almacén de la calle principal del pueblo, donde antaño se celebraba el baile
popular.
La riada causó el
fallecimiento de 10 personas, 7 en la localidad de YebraPor desgracia, aquel
refugio se convirtió en una 'trampa mortal', ya que el agua se acumuló
rápidamente en esa zona del pueblo y la presión provocó la rotura de un muro de
más de 2 metros de altura que destrozó la puerta del antiguo almacén, pillando
de pleno a los allí refugiados. Algunos de los presentes lograron escapar, pero
siete de ellos corrieron peor suerte y fallecieron arrastrados por el agua y el
lodo, apareciendo a varios kilómetros del pueblo. Los otros tres fallecidos de
la tragedia fueron el director de la central nuclear de Zorita y su esposa,
arrastrados por la riada cuando circulaban con su coche; y un camionero que
falleció al volcar el camión que conducía en la vecina carretera de Albares.Las
lluvias torrenciales arrasaron también la vecina población de Almoguera pero
por suerte, a pesar de que el casco urbano y alrededores quedaron devastados
por un alud de agua y barro, no hubo que lamentar daños personales de
consideración. El nivel del río Tajo, experimentó una brutal crecida en un
corto espacio de tiempo
La gran intensidad de
las tormentas que se registraron se reflejó claramente en el propio cauce del
río Tajo, que discurre por las proximidades de la zona. La Confederación
Hidrográfica de dicho río, detectó una subida de nivel de hasta cuatro metros
en un breve espacio de tiempo, pasando su caudal de 16 a 130 metros cúbicos por
segundo, para estabilizarse unas horas después en los 55 aproximadamente.
En
definitiva, estas dos localidades de la Alcarria siempre compartirán, por
desgracia, esta catástrofe natural acontecida aquel lejano día de agosto de
1995. Las imágenes y recuerdos de multitud de coches esparcidos en posiciones
insólitas a través del paisaje, de unos pueblos totalmente destrozados y de una
agricultura arrasada, nunca podrán ser olvidados por los habitantes de la zona.
Sin embargo, siempre quedará como parte positiva el gran número de personas que
en una situación extrema sí que lograron salvar sus vidas y, la gran
colaboración y solidaridad entre vecinos y familias, que lograron que los
municipios afectados fueran recobrando progresivamente la normalidad.
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