Cerradas o restringidas más de 12 playas este verano en el litoral valenciano por contaminación fecal
Vertidos, arrastre de lluvias y fallos en la depuración obligan a activar protocolos en más de una docena de arenales de Valencia y Alicante, con Port Saplaya cerrada hoy
El aumento de bacterias fecales por vertidos y lluvias intensas ha forzado a cerrar o restringir el baño en más de 12 playas del litoral valenciano desde julio, según los análisis de calidad del agua realizados por la Conselleria de Medio Ambiente.
La Playa de Port
Saplaya Norte, en Alboraya, permanece cerrada al baño este 6 de agosto, al
detectarse niveles elevados de Escherichia coli en la zona
comprendida entre la calle Batlle y Meliana, junto a la desembocadura del barranco
del Carraixet. El Ayuntamiento ha activado el protocolo de seguridad y
mantiene informada a la ciudadanía, incluyendo la Playa Canina y la
franja próxima al Norauto.
Es el segundo
cierre en menos de dos semanas por causas similares, y según fuentes
municipales, se debe a vertidos puntuales procedentes de acequias y del
barranco, posiblemente arrastrados tras episodios de lluvia.
Más de una
docena de playas afectadas este verano
Desde el mes de julio
se han cerrado temporalmente más de 12 playas del litoral de Valencia y
Alicante, principalmente por la presencia de bacterias fecales como Escherichia
coli o enterococos intestinales en niveles muy por encima de lo
permitido por la normativa europea.
Entre los arenales
afectados figuran:
- La Goleta (Tavernes de la Valldigna), Xeraco y Daimús, en la comarca de
la Safor, con episodios críticos a principios de julio, donde se
detectaron concentraciones hasta diez veces superiores al límite legal.
- El Perelló, les Palmerés y Motilla, en Sueca, cerradas por
precaución tras lluvias intensas que provocaron arrastre de contaminantes
hacia las golas y acequias cercanas.
- Dosser (Cullera) y Arenal-Bol (Calpe), que también
tuvieron que ser clausuradas por presencia anómala de bacterias, aunque en
Calpe el cierre duró apenas 24 horas tras nuevos análisis favorables.
Todos estos arenales
han sido reabiertos tras obtener resultados conformes en los controles
bacteriológicos, si bien algunos ayuntamientos han pedido mayor seguimiento y
mejoras infraestructurales.
Vertidos,
lluvias y fallos en la depuración
Las causas más
frecuentes de estos cierres son:
- Vertidos directos desde zonas sin conexión al
alcantarillado, sobre
todo en áreas con viviendas diseminadas o urbanizaciones antiguas.
- Sobrepaso de las estaciones depuradoras, que no pueden asumir el incremento poblacional
del verano.
- Arrastre de contaminantes a través de barrancos y acequias, tras episodios
de lluvia intensa.
- Obsolescencia de redes de saneamiento en tramos próximos a las zonas de baño.
Expertos consultados
por la Universitat Politècnica de València advierten que estos episodios
se repetirán si no se acometen inversiones en infraestructura de depuración y
se controlan mejor los puntos de vertido.
Vigilancia
permanente de la calidad del agua
La Conselleria de
Medio Ambiente, en coordinación con los ayuntamientos, realiza más de 5.000
controles anuales en 265 zonas de baño —250 marítimas y 15
continentales—, en los que se analizan parámetros microbiológicos y físicos del
agua. Ante cualquier desviación, se activa el protocolo de cierre, se iza la
bandera roja y se prohíbe el baño hasta nuevo aviso.
A pesar del número de
cierres, la mayoría de playas del litoral valenciano mantiene una calidad
excelente, según los informes públicos. Sin embargo, la tendencia obliga a
planificar acciones correctivas de fondo, especialmente en zonas con alta
presión turística y escasa capacidad de saneamiento.
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