La COAG reivindica el papel de los pastores en la prevención de incendios
Coincidiendo con la ola de calor en España y el
elevado riesgo de incendios forestales, la Coordinadora de Organizaciones de
Agricultores y Ganaderos (COAG) quiere reivindicar la importante labor de la
ganadería extensiva para la prevención de incendios en el medio rural. “Apostar
por el consumo de carne y leche de ganadería extensiva contribuye a evitar
incendios”, afirma Ángeles Santos, ganadera extensiva y responsable en la
Comisión Ejecutiva de COAG.
En los lugares en los que el pastoreo trasiega las
cabañas de ovejas y cabras, una costumbre tan tradicional como extendida en
nuestro ámbito rural, se produce una limpieza de la biomasa vegetal que, de no
hacerse, con la llegada de la estación seca se convierte en una capa de
combustible lista para arder y terminar devorando miles de hectáreas de montes
y bosques y arrasando la rica naturaleza que acogen. Las cabras adultas se
alimentan con 1,5 a 2,5 kg diarios de hierba seca (entre 350 y 1500 g de hojas
y brotes de matorrales), mientas que las ovejas adultas en pastoreo pueden
consumir de 2 a 3 kg de materia seca diaria (matorral y especies leñosas).
Las labores de pastoreo convierten a los ganaderos y
ganaderas en vigilantes permanentes, al tiempo que contribuyen a limpiar el
monte de material combustible, sobre todo en zonas de difícil acceso.
Igualmente, la acción del ganado controlada por los pastores/as mantiene además
las áreas de cortafuegos, provocando discontinuidades en las masas forestales
que impiden la propagación de los incendios. “Gracias al ganado, no sólo se
previenen incendios, sino que, cuando ocurren, son más pequeños y más fáciles
de controlar. Si estas zonas están gestionadas, las maniobras de extinción se
podrán hacer de forma más segura”, ha precisado Santos.
Además, la presencia del ganado en el monte tiene
muchos beneficios ambientales, ya que favorece la biodiversidad, contribuye a
la dispersión de semillas, mejora la estructura del suelo y reduce la erosión y
la desertización. Todo ello, sin olvidar su contribución al desarrollo rural
sostenible y a la fijación de población en el medio rural. Y no sólo eso, la
acción desbrozadora de la ganadería ovina y caprina permite transformar en
carne de calidad, rica y sabrosa, un recurso forestal que de otra forma supone
una amenaza de incendio que contribuye al cambio climático.
Para la responsable de la COAG “el pastoreo de
ovejas y cabras no es que sea la mejor forma de prevenir incendios, es que es
la más sostenible. Gobierno y Comunidades Autónomas no pueden reducir la
gestión de incendios a una estrategia reactiva, circunscrita a los meses de
verano y a extinguir los incendios que se producen".
Desde la Coordinadora Agraria más importante de
nuestro país lamentan que este importante servicio no esté siendo reconocido en
su justa medida, por lo que piden que se ponga en valor desde la administración
y merezca un mayor reconocimiento social "necesitamos un apoyo decisivo a
la ganadería extensiva y al pastoreo, a las denominadas 'ovejas-bomberas', un
cuerpo de élite rural con 15 millones de efectivos ”, subrayan.
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