“Se le ha asignado al medio rural un papel como gestor de los residuos generados en las grandes ciudades”
infoJUCAR | Luis de
Romero, profesor de Geografía de la Universitat de València, presenta su nuevo
trabajo centrado en el problema de la despoblación en el medio rural | Las
alternativas a la despoblación española pasan por una nueva carta puebla, el
uso de los bienes comunales y una nueva planificación rural
Luis de Romero, profesor de Geografía de la
Universitat de València, ha planteado una nueva carta puebla para el medio
rural, recuperar el paradigma de los bienes comunales y una reforma política y
electoral como alternativas a la despoblación que sufren grandes áreas de
España.
Su línea de investigación, desde el grupo Recartografías, plantea
soluciones a un fenómeno global con consecuencias sociales, económicas,
ambientales y culturales, y que ya provoca miles de núcleos de población
deshabitados. Su libro 'Despoblación y Abandono de la España Rural' se presenta
este lunes en la Facultad de Geografía e Historia.
Teruel Existe o Soria Ya forman parte del
imaginario colectivo. También los pueblos abandonados de Huesca, Lleida, la
Rioja o Castelló y lugares anegados para la construcción de grandes embalses
como Riaño, Mequinenza o Granadilla, o los valencianos Tous, Loriguilla y
Domeño. Son imágenes que hablan de tierras pobres y deshabitadas, expropiadas,
de éxodo rural. Comarcas como Las Hurdes (Extremadura), Cameros (la Rioja),
Tierras Altas (Soria) o El Maestrazgo (Teruel y Castellón), o lugares empleados
para experimentación militar, como Ares del Maestrat, bombardeado durante la
Guerra Civil por la legión Cóndor, dibujan un mapa del mundo rural convulso,
variado, y en recesión demográfica.
Tabarca constituye una isla idealizada por el
imaginario del Levante Feliz, y por contra recientemente ha experimentado una
importante recesión demográfica. “Actividades tan defendidas como el turismo no
son suficientes para mantener las comunidades rurales, si no hay otras
actividades económicas o incentivos”, apunta Luis de Romero, adscrito al
Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local, en referencia a la isla
situada en término de Alicante.
La investigación del profesor de Geografía
demuestra cómo la construcción y configuración del estado nación español como
proyecto liberal “se ha hecho a expensas de la explotación, desarticulación y a
veces destrucción física de las culturas rurales”. En este sentido, “los
estados modernos configurados después de las revoluciones burguesas han
desincentivado la vida rural en pro de la industrialización, pero en España ha
sido un proceso mucho más rápido e intenso que en el resto de Europa”. El
investigador valenciano apuesta por la recuperación y nuevo uso de los bienes
comunales, aquellas tierras en forma de bosques, prados, sendas y caminos,
molinos, estructuras de piedra en seco o vedados, la gestión de los cuales
tradicionalmente ha pertenecido a la colectividad de los individuos del municipio
y que ahora suelen estar en manos privadas o de la Administración.
En este sentido, la línea de Luis del Romero
muestra cómo en España continúa existiendo una imagen esencialmente negativa
del mundo rural, muy superior a otros países del entorno, y cita los casos de
experiencias positivas de recuperación rural como las comarcas próximas a la
autovía Sagunto-Somport (autovía de Teruel) en el caso de Mas Blanco (San
Agustín, Terol); o Trevijano (la Rioja), Valdepiélagos (Madrid) o el eje del
Prepirineo catalanoaragonés.
El experto cita como principales causas de la
despoblación existente en España “el entramado jurídico” y “la arquitectura
institucional del Estado Español”, con diferentes administraciones poco
coordinadas, realidades territoriales muy diferentes y una superestructura como
la Unión Europea que si bien ha ayudado a mantener algunas áreas rurales, “no
ha ayudado a aquellas no competitivas. Además, existen procesos históricos como
por ejemplo la privatización de todo tipo de bienes comunales desde el siglo
XVIII con varias reformas legales, que se han convertido en todo un mecanismo
de expulsión de población, especialmente la más humilde”.
La línea de investigación de Luis de Romero
plantea que la solución a la despoblación se encuentra fundamentalmente en la
población urbana, y propuestas como la custodia del territorio, las ecoaldeas,
los movimientos ecologista y Slow, además de asociaciones en defensa de los
oficios tradicionales y del paisaje, entre otros. A modo de ejemplo, el experto
cita que, según datos del Global Ecovillage Network, en el año 2016 el número
de proyectos de ecoaldeas supera el millar en un total de 110 países, y España
es el segundo país del mundo en este tipo de iniciativas, únicamente superado
por los Estados Unidos. También cita el caso de la Serranía Celtibérica, un
gran espacio rural español en diez provincias, con apenas medio millón de
habitantes, que tiene una densidad inferior a los 10 habitantes por kilómetro
cuadrado, en una superficie similar en Holanda, y que ha vuelto la actualidad
de la despoblación a los medios de comunicación durante los últimos años.
“Hay que superar el discurso del no hay
alternativas al despoblamiento, y aunque sea a una parte del territorio, pensar
en nuevos modelos, nuevas políticas y acciones coordinadas, para evitar la
pérdida cultural y ambiental que supone el fin del mundo rural”, explica el
integrante del grupo Recartografías.
Presentación del libro
Las líneas de investigación de Luis de Romero, con
las causas, consecuencias y alternativas a la despoblación están recogidas en
el libro Despoblación y Abandono de la España Rural. El imposible vencido
(Valencia, 2018), que se presenta por primera vez este lunes 12 de marzo, a las
18.30 horas, en la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de
València, en un acto conducido por el catedrático de Geografía Humana Joan
Romero.
La primera parte del trabajo reconstruye “la
magnitud del desastre”. Son veinte casos de estudio donde se muestra el mundo
rural y pueblos en los que su patrimonio material e inmaterial están en un alto
riesgo de desaparición. La segunda parte explica experiencias positivas de
recuperación, a partir de los elementos del pasado y los avances tecnológicos.
“Se trata de un libro entre el mundo académico y la divulgación, un híbrido que
intenta atraer el público en general, pero con reflexiones y argumentaciones
teóricas para huir del tratamiento superficial, la banalización o el
romanticismo, y que con casos reales, muestra que se puede cambiar la situación”,
indica el autor.
Mundo rural como gestor de residuos
La investigación de Luis de Romero también se
centra en el papel asignado al medio rural como gestor de residuos generados en
las grandes ciudades, pero que finalmente viajan hasta municipios como Dos
Aguas (Valencia), con su almacén de residuos; o por ejemplo el caso del
cementerio nuclear de Villar de Cañas (Cuenca). Son dos espacios que asumen los
impactos y costes ambientales de un problema que no han generado, pero que
acaba revirtiendo en el medio rural y limitando sus expectativas de
recuperación demográfica. En Dos Aguas hay varias canteras y minas abandonadas,
dos centrales hidroeléctricas, un importante almacén de explosivos, cuatro
líneas de alta tensión, el vertedero de residuos sólidos urbanos del área
metropolitana de Valencia, y unos kilómetros al oeste se encuentra la central
nuclear de Cofrentes.
El último habitante de Peñalcázar
Polvo, silencio y olvido y donde la desolación ha
conquistado hasta la última de las viviendas. En la parte superior de una gran
muela calcárea, dominando la frontera histórica entre Castilla y Aragón, está
Peñalcázar (Soria), lugar citado en el Cantar del Mio Cid como el Alcoçer. El
núcleo, del cual se conserva parte de la muralla y en el que la iglesia y las
más de cincuenta casas están en ruinas, fue noticia en 1977 porque allí se
instaló la mesa electoral con menos votantes de España. Para un único elector
real: Segundo Alcalde Portero, hombre que ocupaba en el pueblo los cargos de
alcalde, juez de paz y alguacil y que el año siguiente, 1978, fue el último en
emigrar.
Peñalcázar, hoy parte del municipio de La
Quiñonería, había llegado a tener cerca de 400 habitantes a mitad del siglo
XVIII. Nunca llegó a disponer de agua corriente y el único acceso es un camino
rural, a veces senda, que escala a la cumbre de la muela donde se asienta el
pueblo a más de 1.200 metros de altitud. “Acceder a Peñalcázar es hacer un
viaje en el tiempo”, ha destacado Luis de Romero. En el libro Despoblación y
Abandono de la España Rural, el autor valenciano recupera la historia de este
pueblo donde, como la novela La Lluvia Amarillade Julio Llamazares, el protagonista
es el último habitante.
Grupo de investigación Recartografías
Este grupo de investigación tiene como principal
objetivo el estudio de las causas del abandono del territorio, y de las
consecuencias sociales, económicas, ambientales y culturales del fenómeno.
Propone herramientas alternativas para la gestión de espacios abandonados o en
crisis demográfica y participa regularmente en encuentros sobre despoblación o
mundo rural como los congresos de la Asociación de Geógrafos Españoles, los de
la Red de Investigación sobre Decrecimiento (Research & Degrowth), o a la
Feria Nacional para la Repoblación de la España Vacía, entre otros. Además, las
personas que integran el grupo promueven la investigación y la sensibilización
sobre la despoblación entre el estudiantado, han organizado varios seminarios y
han dirigido trabajos de fin de grado sobre esta temática.
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