La ‘Troballa de la Mare de Déu d’Aigües Vives’ de Carcaixent es declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial

La Generalitat reconoce el valor histórico, cultural y turístico de una celebración con más de 150 años de tradición que recrea el hallazgo de la Virgen por un labrador y dos bueyes bajo un olivo

La Generalitat Valenciana ha otorgado la declaración de Fiesta de Interés Turístico Provincial a la ‘Troballa de la Mare de Déu d’Aigües Vives’ de Carcaixent, según la resolución firmada por la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Marián Cano, que será publicada próximamente en el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana (DOGV).

La solicitud fue presentada por el Ayuntamiento de Carcaixent el pasado 4 de julio, y tras el estudio de la documentación, la Dirección General de Turismo ha resuelto favorablemente la concesión del distintivo, que reconoce la relevancia turística, cultural y patrimonial de esta festividad.

El director general de Turismo, Israel Martínez, ha destacado que “esta distinción responde a la singularidad de una celebración que combina tradición, identidad local y una representación única en la Comunitat Valenciana, así como a su capacidad para atraer visitantes y generar repercusión pública”.

Asimismo, ha subrayado que, con una antigüedad documentada de más de 150 años, la fiesta se celebra cada 12 de octubre, coincidiendo con uno de los puentes más destacados del otoño:

“El evento contribuye al dinamismo festivo, gastronómico y patrimonial de Carcaixent, consolidándose como un referente en el calendario festivo valenciano”, ha añadido Martínez.

Una leyenda que se hace viva cada año

La ‘Troballa de la Mare de Déu d’Aigües Vives’ conmemora el hallazgo milagroso de la imagen de la Virgen María por parte de un labrador, un hecho que, según la tradición, ocurrió el 16 de octubre de 1250. La leyenda cuenta que dos bueyes se arrodillaron bajo un olivo, revelando entre la tierra la imagen de la Virgen. Desde entonces, su culto se consolidó en el convento de Aigües Vives, donde se le dedicó el altar mayor.

Documentada ya en 1868, la celebración ha evolucionado con el paso del tiempo hasta fijarse definitivamente el 12 de octubre desde 1964, coincidiendo con las fiestas patronales del municipio. Lo que hace verdaderamente singular a esta festividad es que recrea el hallazgo de la Virgen con la participación simbólica de dos bueyes labrando el campo, un elemento que refuerza su valor etnográfico y patrimonial.

Carcaixent, referente festivo y cultural

Con esta distinción, Carcaixent ve reconocido el valor de su patrimonio inmaterial, así como el esfuerzo de sus vecinos y entidades locales por mantener viva una tradición que forma parte esencial de la identidad valenciana.

La Dirección General de Turismo destaca que estas declaraciones ponen en valor las fiestas locales como motores de atracción turística, al tiempo que refuerzan el sentimiento de pertenencia y la preservación de las costumbres populares.

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