125 organizaciones se manifiestan hoy en Madrid por el cierre de las centrales nucleares
infoJUCAR | El
Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) ha convocado esta movilización para pedir
al Gobierno que no se renueven las licencias nucleares
Más de 125 organizaciones sociales, ecologistas
y políticas de los estados español y portugués han llamado a participar en la
manifestación que se celebra este sábado, 10 de junio, en Madrid, para
reivindicar el cierre de las centrales nucleares.

Las organizaciones convocantes rechazan la Orden
Ministerial “que apuesta por la prolongación de la actividad de las centrales
nucleares”. La decisión del gobierno se produce, critican estas fuentes, en
pleno proceso de renovación de los permisos de explotación y en el contexto de
otras cuestiones todavía pendientes, como el porvenir de la planta nuclear de
Garoña, la licencia del cementerio nuclear de Villar de Cañas (Cuenca) y el
intento de ampliación del cementerio de residuos radiactivos de El Cabril
(Córdoba).
En un principio Endesa, Iberdrola y Gas
Natural-Fenosa (empresas propietarias de las plantas nucleares) tenían que
renovar la mayoría de las licencias de explotación en 2017 y a lo largo de
2018: Almaraz, antes del ocho de junio; Vandellós, antes del 26 de julio; Cofrentes
(20 de marzo de 2018), Ascó I y II (dos de octubre de 2018) y Trillo (17 de
noviembre de 2021). Sin embargo, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda
Digital ha decidido ampliar el límite para que las empresas soliciten la
renovación de las autorizaciones de explotación. En el caso de Almaraz y
Vandellós, el plazo concluye el 31 de marzo de 2019. Según el portavoz de
Ecologistes en Acció del País Valencià, Carlos Arribas, “se trata de una medida
que responde a los intereses de las empresas y que éstas propusieron en su día;
algunas no tienen claro si continuar o no, por ejemplo Iberdrola considera que
la central de Garoña no representa hoy un buen negocio”.
Más allá del dédalo administrativo, el
manifiesto concluye de manera rotunda: “La energía nuclear es cara, sucia y
peligrosa”. Así lo acreditan catástrofes como las de Harrisburg, Chernóbil o
Fukushima. En el estado español, “el funcionamiento hasta los 60 años supone un
riesgo inaceptable, ya que los accidentes serán más probables en un parque nuclear
envejecido”. ¿Qué implicaría un alargamiento de la vida de las plantas
nucleares? Según los colectivos ecologistas, un incremento “considerable” de
los residuos radiactivos, principalmente los de “alta actividad”; estos “son
peligrosos durante centenares de miles de años, y tampoco existe una forma de
gestión aceptable”. Otra razón importante es el lucro empresarial: “Continuar
con la obtención de beneficios millonarios a través de la factura eléctrica y
otras subvenciones costeadas por la ciudadanía”.
El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) apunta,
como ejemplo de los riesgos de catástrofe, el cortocircuito ocurrido el pasado
23 de mayo en las barras de alimentación eléctrica de la central nuclear de
Ascó I (Tarragona). El MIA y Ecologistas en Acción denunciaron que los hechos
fueron “mucho peores” de lo publicitado por el CSN, que los situó en los
niveles más bajos de la escala y sin impacto para la seguridad. Según
informaciones de los grupos ecologistas, el cortocircuito hizo que se
produjeran fallos en toda la iluminación “normal”, lo que obligó a encender la
de emergencia. Además, “fallaron todos los controles de acceso a las zonas
restringidas; y durante el fallo de alimentación eléctrica, los trabajadores
podrían haber entrado en zonas con alto riesgo de contaminación e irradiación
externa”. El portavoz del MIA y de Ecologistas en Acción, Francisco Castejón,
alertó de la importancia respecto a la seguridad que tuvo el “incidente”, por
lo que “debería ser calificado como “Nivel I”.
La responsable de la campaña antinuclear de
Greenpeace, Raquel Montón, insiste en la amenaza que supone el envejecimiento
del parque nuclear. Mientras que la vida útil media de los reactores nucleares
a escala mundial es de 29 años, en el estado español la vida útil media es
actualmente de 33, y con las actuales licencias de explotación se alcanzarán
los 38 años. “Las centrales en España se diseñaron inicialmente para una vida
útil de entre 30 y 40 años, ampliar el límite más allá de la vida de diseño
incrementa los riesgos para la seguridad”, sostiene la activista en un acto
organizado por la Plataforma Tanquem Cofrents en la Universitat de València.
Las empresas plantean que la actividad de las centrales nucleares se amplíe
hasta los 60 años.
Montón recuerda que el coste del
desmantelamiento tienen que cubrirlo, tal como establece la legislación, las
empresas propietarias. Según las últimas evaluaciones (julio de 2015), el coste
de desmantelamiento y gestión de los residuos radiactivos en España ascendería
a 20.200 millones de euros. ¿Existen esos recursos? Un informe de la Comisión
Europea de 2016 señala que la financiación disponible no alcanza, en el caso
español, siquiera el 30% de la cantidad requerida, lo que implica el menor
porcentaje en los países de Europa occidental. En cuanto a posibles
alternativas, Greenpeace recuerda que según las cifras de Red Eléctrica de
España, en 2015 la energía nuclear representó cerca del 21,7% de la
electricidad producida en todo el estado, mientras que el porcentaje de
generación renovable aportó el 36,9%. A escala global, también hay datos para
cuestionar el futuro halagüeño de las nucleares. Hasta el año 2015 se habían
desmantelado 157 plantas nucleares, 95 de ellas en Europa. Además, un tercio de
las centrales que actualmente operan en el viejo continente habrán cumplido en
2025 su periodo de vida útil.
Diseñada a finales de los años 60, la central
nuclear de Cofrentes (Valencia) logró la autorización para su puesta en marcha
en julio de 1984, mientras que el permiso de funcionamiento termina en marzo de
2021. En la conferencia titulada “Cap a una inevitable tancament de les
nuclears. Una porta oberta a les renovables” ha participado José Juan Sanchis,
de la Plataforma Tanquem Cofrents, integrada por una decena de organizaciones ecologistas,
sociales y sindicales. “Esta planta nuclear beneficia a los amos de Iberdrola,
y nos perjudica al 99,9% de la población”. La plataforma, que ha presentado
mociones en los consistorios del País Valenciano por el cierre de la nuclear,
se ha adherido a la manifestación del 10 de junio en Madrid.
Según Iberdrola, la planta de Cofrentes es la
que cuenta con mayor potencia eléctrica instalada en el estado español, con
1.092 megavatios (en 2016 produjo el 17% de la energía eléctrica de origen
nuclear en el estado español). Los grupos ecologistas alertan de los serios
riesgos de la central, ubicada a dos kilómetros de Cofrentes. Recuerdan que la
central valenciana contabiliza 25 paradas no programadas y más de cien
“incidentes” de seguridad. Además, a finales de 2016 Iberdrola inició los
trámites para implantar un almacén de residuos radiactivos en la central de
Cofrentes. El almacén proyectado es, a juicio de Tanquem Cofrents, el primer
paso del plan que persigue la empresa: la ampliación del periodo de funcionamiento
de la central, más allá de su periodo de vida útil.
La Plataforma por un Nuevo Modelo Energético
agrupa a más de más de 400 organizaciones y 3.900 personas en el estado
español. Actualmente mantienen la campaña “#UnMillonSesale”. Se trata, explica
el activista de la plataforma y miembro de Tanquem Cofrents, Salvador Moncayo,
de que un millón de personas abandonen el “oligopolio eléctrico” y contraten el
suministro con una cooperativa o empresa que comercialice electricidad de
origen renovable. “Estamos ante años cruciales, sostiene Moncayo, y sólo la
presión ciudadana podrá impedir que se otorguen más licencias de explotación”.
Si así fuera, las centrales nucleares actualmente en funcionamiento cerrarían
sus puertas en 2020 y 2021, salvo la planta nuclear de Trillo, cuya licencia
expira en 2024. Actualmente, agrega el activista, el negocio de las empresas
eléctricas se mantiene “en respiración asistida, por esta razón se afirma que
energías como la solar no son rentables; pero se les acaban los argumentos”.
Comentarios
Publicar un comentario