La DANA Alice deja dos millones en pérdidas en los arrozales de la Albufera
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) cifra en dos millones de euros las pérdidas ocasionadas por las últimas lluvias en los arrozales de la Albufera, mientras advierte de daños adicionales en cítricos, caquis y hortalizas a causa del granizo y el exceso de humedad.
Llueve sobre
mojado en el campo valenciano. Apenas unas semanas después de que la borrasca
Gabrielle dejara lluvias beneficiosas para los cultivos, el temporal asociado a
la DANA Alice ha provocado graves inundaciones en las
zonas arroceras del parque natural de la Albufera,
afectando especialmente a los términos de Catarroja,
Massanassa, Albal y Silla. Según la primera valoración de
urgencia de AVA-ASAJA, las pérdidas ascienden a dos millones de euros, debido a que más de 500 hectáreas de arrozales han quedado
completamente anegadas cuando se encontraban a punto de ser segadas.
El nivel del
agua alcanza las espigas, provocando la pérdida del valor comercial del arroz y
repitiendo una situación que ya se vivió con la DANA
del 29 de octubre de 2024, la cual dejó zonas que ni siquiera
pudieron sembrar en esta campaña. Los agricultores lamentan que, a solo unos
días de concluir la siega, el esfuerzo de todo un año se haya perdido bajo el agua.
Daños en cítricos, caquis y hortalizas
El temporal
ha llegado acompañado de granizo en
Silla y Sueca, que ha causado siniestros de diversa gravedad en
caquis y cítricos, dos de los cultivos más
importantes del otoño valenciano. En el caso del caqui, la piel sensible del fruto ha quedado marcada por los golpes de
piedra, afectando a su comercialización. En los cítricos, los
daños serán más visibles en los próximos días, aunque ya se teme por problemas
de ‘pixat’ en las variedades tempranas y la aparición
del hongo de la alternaria en las híbridas.
A ello se
suma el riesgo de asfixia radicular en los campos que
permanecen inundados durante horas o incluso días, así como el aumento de los
costes para los agricultores, que deberán aplicar tratamientos
fungicidas adicionales para evitar la propagación de
enfermedades en cítricos y hortalizas.
El sector, pendiente de la evolución del tiempo
Desde
AVA-ASAJA advierten que la evolución de los daños dependerá de la persistencia de las lluvias y de las temperaturas
en los próximos días. Si las precipitaciones continúan con intensidad o si
posteriormente se dan condiciones de calor y humedad, las pérdidas podrían
aumentar significativamente.
La
organización agraria ha detectado cientos de
campos anegados en el litoral de Valencia y el norte de Castellón,
especialmente en áreas próximas a la Albufera, donde los agricultores viven con
incertidumbre la posibilidad de nuevas precipitaciones.
Un temporal con luces y sombras
Pese a las
pérdidas, el agua caída también aporta beneficios
agronómicos: recarga embalses y acuíferos tras un verano
extremadamente seco, favorece la
recuperación de pastos para la ganadería y mejora el calibre de las frutas aún en el árbol,
además de ahorrar riegos y limpiar la vegetación.
Aun así, los
agricultores coinciden en que los efectos positivos no compensan los daños
inmediatos de las inundaciones, que vuelven a poner de manifiesto la fragilidad del sistema agrícola ante los fenómenos meteorológicos
extremos que cada vez son más frecuentes en el territorio
valenciano.
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