España podría volver a ver auroras boreales en los próximos meses
El máximo solar previsto entre 2025 y 2026 podría repetir el fenómeno vivido en mayo de 2024, cuando los cielos de Galicia, Cataluña, Aragón y Andalucía se iluminaron de verde y violeta. Los expertos piden atención a las alertas de tormentas geomagnéticas
Durante años,
contemplar una aurora boreal parecía un privilegio reservado a los
viajeros del Ártico. Sin embargo, la madrugada del 10 al 11 de mayo de 2024
cambió esa percepción para miles de españoles: una tormenta geomagnética
histórica tiñó el cielo de colores en Galicia, Cataluña, Aragón, Navarra
e incluso Andalucía, en un espectáculo que no se veía desde hacía más de
veinte años. Ahora, con el ciclo solar acercándose a su punto máximo, España
podría volver a vivir una noche similar muy pronto.
Un ciclo solar
más activo de lo previsto
El fenómeno tiene una
explicación científica clara. La clave está en el ciclo solar número 25,
que avanza con una intensidad superior a las previsiones iniciales. La Agencia
Espacial Española, la NOAA estadounidense y la ESA han
detectado en los últimos meses tormentas solares de categoría G4 y G5,
las más intensas registradas desde 2003.
Cuando el Sol libera
una gran cantidad de partículas cargadas, estas viajan a través del espacio y
chocan con la magnetosfera terrestre, generando variaciones en el campo
magnético que, a su vez, provocan la aparición de auroras. Cuanto mayor es la
actividad, más se ensancha el óvalo auroral, permitiendo que las luces
sean visibles en latitudes medias, como la península ibérica.
La “tormenta
solar caníbal”: el origen de los grandes espectáculos
Los astrofísicos
destacan un fenómeno muy concreto detrás de las auroras más excepcionales: la “tormenta
solar caníbal”. Se produce cuando el Sol emite dos eyecciones de masa
coronal consecutivas y la segunda, más veloz, alcanza a la primera,
fusionándose en una ola de energía que viaja hacia la Tierra con una potencia
inusual.
Al impactar en la
atmósfera, el flujo de protones y electrones excita los átomos de oxígeno y
nitrógeno, que emiten luz en tonos verdes, rojos y violetas. De este
modo, el cielo nocturno se transforma en una cortina de fuego eléctrico visible
muy lejos del círculo polar.
Cuándo y dónde
podrían verse en España
Los modelos de
predicción apuntan a que el máximo solar del ciclo 25 se producirá entre
finales de 2025 y comienzos de 2026, por lo que los próximos meses serán
especialmente favorables para observar auroras en latitudes poco habituales.
Según los registros de
la AEMET, en mayo de 2024 se alcanzó un índice Kp 8, nivel que
permite ver el fenómeno incluso en el sur peninsular. La NOAA y la ESA
recomiendan seguir las alertas cuando el índice geomagnético supere Kp 7,
ya que a partir de ese umbral el resplandor puede ser perceptible en zonas del norte
peninsular (Galicia, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña) y, en casos
excepcionales, en Andalucía o Castilla-La Mancha.
No hace falta viajar
lejos. Si se repiten las condiciones, bastará con mirar hacia el norte, en
plena noche, lejos de la contaminación lumínica. Los mejores lugares serán
los entornos rurales y las sierras despejadas del interior, como los Pirineos,
la Cordillera Cantábrica o el Sistema Ibérico.
Belleza
celestial y riesgos tecnológicos
A pesar de su
espectacularidad, las tormentas solares intensas pueden tener efectos
secundarios en las redes tecnológicas. Los picos de actividad
electromagnética pueden alterar satélites, comunicaciones, GPS o líneas
eléctricas, como ocurrió en Quebec en 1989 o en Suecia en 2003.
Sin embargo, los
organismos científicos insisten en que no existe riesgo para la población.
La atmósfera y el campo magnético de la Tierra actúan como escudos naturales.
La principal recomendación es seguir los avisos oficiales, evitar
desplazamientos innecesarios en caso de tormentas severas y disfrutar del
fenómeno desde lugares seguros.
Un espectáculo
que podría repetirse muy pronto
España, que en los
últimos años ha consolidado una red de observadores astronómicos y
meteorológicos, se prepara para un nuevo episodio de luces polares. Si el Sol
mantiene su actual ritmo de actividad, las próximas auroras podrían volver a
verse antes de que termine 2025.
Mientras tanto, los
astrónomos recomiendan paciencia y atención a las alertas geomagnéticas.
Quizá la próxima noche en la que el cielo se tiña de verde y púrpura, bastará
con levantar la vista desde cualquier rincón del país para presenciar uno de
los espectáculos naturales más fascinantes del universo.
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