La CHJ intensifica las acciones para mejorar la calidad del agua en el embalse de Bellús

Se proyecta un cinturón verde de 24 kilómetros cuadrados como filtro ecológico y atractivo turístico

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha reforzado su compromiso con la mejora de la calidad de las aguas del embalse de Bellús, en la provincia de Valencia. En una reciente reunión técnica, celebrada el pasado martes, el organismo presentó los avances en las actuaciones en curso y las líneas estratégicas del proyecto de restauración integral del entorno, centrado en la creación de un cinturón verde de 24 kilómetros cuadrados que funcionará como filtro ecológico natural.

Un embalse con exceso de nutrientes

El embalse de Bellús padece un grave problema de eutrofización, derivado de la alta concentración de nutrientes como nitratos y fosfatos, que llegan a través de escorrentías contaminantes. Esta situación ha generado un crecimiento desmesurado de biomasa piscícola, con unas 45 toneladas de peces cuando lo habitual sería entre tres y cuatro. Este exceso contribuye, además, a la aparición de malos olores, proliferación de cianobacterias y pérdida de valor ambiental.

Medidas ya implementadas

Entre las actuaciones que ya se han llevado a cabo destacan la instalación de una torre multitoma, la sustitución de la válvula Howell de la presa y el despliegue de una plataforma limnológica que ofrece datos en tiempo real sobre la calidad del agua. Asimismo, se están desarrollando varios estudios sobre la presencia de cianobacterias, la influencia del embalse sobre los acuíferos cercanos y la posibilidad de llevar a cabo despesques selectivos para controlar la biomasa piscícola.

Un cinturón verde como solución ecológica y social

La gran apuesta futura es el cinturón verde de Bellús, que se vertebrará a través de una senda perimetral de 21 kilómetros y 3 metros de ancho, concebida para fomentar el uso recreativo y turístico del entorno. El proyecto, cuyo presupuesto supera los cinco millones de euros y prevé un plazo de ejecución de 36 meses, recorrerá 10 municipios: Bellús, Guadasséquies, Sempere, Benisuera, Alfarrasí, Montaverner, Otos, La Pobla del Duc, Quatretonda y Benigànim.

El presidente de la CHJ, Miguel Polo, destacó que “la prioridad es resolver la problemática biológica, pero también recuperar el valor social y turístico del embalse”. A su lado, la Comisaria de Aguas, Cristina Sola, repasó las actuaciones previas y ofreció un análisis histórico de la presa.

Teledetección y seguimiento científico

Durante la jornada también se expusieron los trabajos de teledetección por satélite, en colaboración con la Universidad de Valencia. Las imágenes captadas por los satélites Sentinel permiten medir variables como turbidez, sólidos en suspensión y niveles de clorofila, que se contrastan con los datos recogidos en campo.

Este enfoque se integra en proyectos como Hiblooms y Cyanobloom, dedicados a estudiar la proliferación de cianobacterias, microorganismos que pueden alterar gravemente el ecosistema acuático.

Control de biomasa piscícola

La jornada concluyó con la presentación del plan de despesques, a cargo de la empresa Ecohydros. Estas extracciones selectivas de peces se realizarán en los próximos meses para reducir la biomasa y mejorar el equilibrio ecológico del embalse, siguiendo el modelo ya aplicado con éxito en otros embalses valencianos afectados por la sequía.

La Confederación confía en que estas acciones conjuntas no solo permitan recuperar la calidad del agua, sino también dignificar el papel del embalse de Bellús como espacio natural, recreativo y generador de oportunidades para los municipios de su entorno.

 

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