Localizan 33 monedas sin acuñar en las Columbretes, vestigios de un taller pirata del siglo XVII
La Generalitat Valenciana ha descubierto en las Islas Columbretes un conjunto de más de 30 monedas sin acuñar, lo que según ha confirmado la Universitat de València (UV) podría estar relacionado con un antiguo taller de falsificación que habría operado a finales del siglo XVII. Este hallazgo, en palabras del secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Raúl Mérida, “refuerza la teoría de la presencia o paso de piratería en la isla”, un aspecto hasta ahora sin evidencias materiales contundentes.
El descubrimiento fue
realizado por la brigada de mantenimiento de la reserva natural,
concretamente por uno de sus trabajadores, con conocimientos en numismática y
arqueología, que localizó fragmentos metálicos en los antiguos canales de
recogida de agua de lluvia. Entre los hallazgos figuran retales,
barritas de bronce e incluso cospeles —discos de metal aún sin
acuñar que sirven como base para fabricar monedas— todos ellos acumulados cerca
del cementerio de la isla.
Confirmación
arqueológica
El hallazgo fue
comunicado al Museo de Bellas Artes de Castellón, donde el arqueólogo Arturo
Oliver Foix confirmó la autenticidad y relevancia de los objetos.
Posteriormente, los expertos de la Universitat de València corroboraron
que, aunque ninguna pieza presenta signos de acuñación, estaban
indudablemente preparadas para ello, lo que las vincula con un posible
intento de falsificación de moneda.
Por la localización de
las piezas y su contexto, se sospecha que en las Columbretes pudo existir un
enclave clandestino donde se fabricaban monedas falsas, algo coherente con
los relatos históricos que vinculan el archipiélago con actividades ilegales
debido a su aislamiento y difícil acceso.
Un enclave natural con
historia
Las Islas Columbretes,
situadas a 28 millas náuticas del Cabo de Oropesa, fueron declaradas parque
natural en 1988 y son un importante refugio de biodiversidad. Este archipiélago
volcánico, a medio camino entre la Península y Baleares, es hogar de
especies únicas como la lagartija de Columbretes, el mastuerzo
marítimo o aves como el halcón de Eleonora y la gaviota de
Audouin.
Desde la construcción
del faro en el siglo XIX, las islas estuvieron habitadas por fareros y
sus familias hasta 1975, cuando el faro fue automatizado. En 1987,
la Generalitat instaló los primeros servicios de vigilancia ambiental.
Un descubrimiento que
abre nuevas líneas de investigación
Este nuevo hallazgo no
solo amplía el conocimiento sobre el pasado humano de las Columbretes —donde no
se conocían asentamientos anteriores al siglo XIX—, sino que abre la puerta
a futuras investigaciones arqueológicas sobre las actividades clandestinas
en la zona durante los siglos XVI y XVII. La Generalitat y las universidades
implicadas seguirán trabajando para profundizar en la interpretación de este
hallazgo y su posible vinculación con la piratería y la falsificación
monetaria en el Mediterráneo.
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