La apicultura valenciana, en peligro de extinción

 

Enrique Simó lleva más de 25 años ejerciendo de apicultor. La pasión por el oficio y el amor por las abejas destilan de sus palabras, cuando se refiere a ellas como “la especie más importante del planeta”. Ahora ha iniciado una campaña para convertir a la apicultura en Patrimonio de la Humanidad. Para ello ha abierto una petición en change.org y ya llevan recogidas más de 80.000 firmas.

“La campaña la iniciamos hace tres semanas (…) y se han superado todas nuestras expectativas. Hemos conseguido el apoyo de todos los apicultores de COAG en España. Vamos a seguir para que ese expediente que se tiene que generar llegue al Ministerio de Cultura, y sea lo suficientemente sólido para que la Unesco declare a la apicultura Patrimonio de la Humanidad. Si no lo hacemos ya, puede que no lleguemos a tiempo y no habrá marcha atrás”.

Esta llamada de atención no es gratuita. Y es que Simó califica la situación de la apicultura de “crítica”. Asegura que es imprescindible cuidar “todo ese beneficio que nos ofrecen las abejas con la polinización. Aparte, el 70% de lo que consumimos depende de las abejas. El planeta no está para derrochar este tipo de recursos porque, en todo el mundo, el beneficio en polinización puede superar los 153 mil millones de euros al año” / LEER NOTICIA COMPLETA

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