Los peces de la Demarcación Hidrográfica del Júcar no presentan acumulación de sustancias peligrosas

 

Coincidiendo con la época de caudales bajos en los ríos, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) O.A, realiza durante la estación de otoño la campaña anual de muestreo para evaluar el estado químico en biota (organismos vivos) de la demarcación. Se trata de un mecanismo de control que forma parte de los Programas de Seguimiento del Estado y Calidad de las Aguas Superficiales que realiza el organismo de manera periódica para conocer el estado de estas masas de agua. En este caso, los datos obtenidos en la temporada de 2021 reflejan que las aguas superficiales de la demarcación del Júcar alcanzan el buen estado químico respecto de la matriz de biota.

El objetivo de la campaña anual de muestreo de biota es comprobar el cumplimiento de las normas de calidad establecidas para la matriz de análisis. Para ello, se capturan ejemplares de peces que se llevarán a laboratorio para un análisis pormenorizado. “Principalmente analizamos contaminantes sintéticos, metales y plaguicidas. Son sustancias que están incluidas en la normativa, tanto europea como española, y que tienen unas normas de calidad ambiental que hay que cumplir”, destaca Susana Fernández, Jefa de Servicio Técnico del Área de Calidad de Aguas.

Se analiza una batería de más de 20 parámetros distintos que aportan una información muy valiosa para determinar el estado de las masas de aguas superficiales de la Demarcación Hidrográfica del Júcar. “Podemos asegurar que el estado químico en biota alcanza el buen estado en nuestra demarcación. No tenemos incumplimientos graves, aunque es cierto que, de forma puntual, aparecen metales cuya presencia debe ser monitorizada año tras año”, explica Fernández.

Para el ejercicio de 2022, la Confederación ha planificado una campaña de muestreo para evaluar el estado químico en biota que incluye un total de 70 masas de agua, obteniendo una muestra válida para su evaluación en 47 de ellas. Aunque la normativa europea permite la evaluación del estado químico en biota en otros grupos biológicos, en el caso del Júcar, se lleva a cabo sobre ejemplares de peces obtenidos en los ríos que forman parte de la demarcación.

Durante la campaña de muestreo se emplean diferentes procedimientos para recoger los ejemplares, en este caso peces, que servirán para su posterior análisis en el laboratorio. Las características y el tramo del río seleccionado determinan qué tipo de metodología emplear, que puede ser pesca eléctrica, con anzuelo o con la ayuda de trasmallos.

Una de las técnicas más utilizadas es la pesca eléctrica debido a su eficacia y rapidez a la hora de recoger los ejemplares. “Primero hay que seleccionar e inspeccionar el tramo adecuado del río, que suelen ser aquellos con zonas de refugio natural donde habitan los peces, para asegurarnos de que el esfuerzo de pesca es exitoso”, comenta Susana Fernández. Se trata de una metodología que permite reunir los peces con mayor facilidad, ya que una descarga eléctrica de baja intensidad los anestesia y deja inactivos durante un breve periodo de tiempo, para su posterior recogida con un salabre.

Después llega el momento de realizar un cribado para seleccionar los ejemplares que servirán como muestra para analizar. El objetivo es priorizar ejemplares de especies alóctonas, preferiblemente especies invasoras, y de mayor peso y tamaño. “Identificamos la especie, la tallamos, pesamos y en base a esta información se valora si es un ejemplar bueno para analizar. Tenemos mucha precaución en este paso, porque evitamos seleccionar especies que sean protegidas o endemismos”, señala la Jefa de Servicio Técnico del Área de Calidad de Aguas.

 

En el caso de que se recojan especies protegidas o ejemplares que no cuenten con unas características específicas para su muestreo, poco peso o un tamaño pequeño, los peces son devueltos al río de manera automática.

El muestro para evaluar el estado químico en Biota es uno de los mecanismos de control con los que cuenta la Confederación Hidrográfica del Júcar para conocer la situación en la que se encuentran las aguas superficiales, pero no es el único. Los Programas de Seguimiento del Estado de estas masas de agua cuentan con otros procedimientos que permiten un análisis y evaluación constante y eficiente en toda la demarcación del Júcar.

Por un lado, el Área de Calidad de las Aguas realiza análisis periódicos de agua, en este caso mensuales, en gran parte de las masas de aguas superficiales para conocer su estado y prevenir posibles incumplimientos. De forma paralela, el organismo de cuenca analiza la presencia de contaminantes en sedimentos con un muestreo que se realiza cada tres años. Se trata de un procedimiento que consiste en la obtención de sustratos en cauces, embalses y lagos a nivel superficial, donde la profundidad de la capa depende de las características de cada masa de agua, pudiendo variar entre 1 y 5 centímetros. 

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