La Hunde, laboratorio hidrológico
infoJUCAR | La investigadora Cristina Puertes lleva
a cabo estudios sobre la interacción bosque- agua en una parcela ubicada en el
monte ayorino | Los resultados determinan que la encina depende fuertemente de
los recursos de agua subterránea, especialmente en los meses de verano
“En la modelación
hidrológica es imprescindible tener en cuenta la transpiración de los recursos
subterráneos, para obtener una radiografía más real y precisa de la
disponibilidad de recursos hídricos en la cuenca y por tanto, mejorar el
conocimiento del ciclo hidrológico”.
Esta es la principal
conclusión del artículo “Explaining the hydrological behaviour of facultative
phreatophytes using a multi-variable and multi-objective modelling approach”,
realizado por los investigadores del IIAMA (Instituto de Ingeniería del Agua y
Medio Ambiente), Cristina Puertes, Antonio Lidón, Carlos Echeverría, Inmaculada Bautista, María
González-Sanchis, Antonio D. del Campo y Félix Francés.
El estudio –publicado en
la revista científica “Journal of Hydrology” y que forma parte del proyecto de
investigación LIFE RESILIENT FORESTS- analiza las interacciones bosque-agua, a
través de la relación entre la encina y los recursos hídricos subterráneos, en
una parcela ubicada en el monte público de “La Hunde” (Ayora).
La investigación parte
de la hipótesis de que los árboles en condiciones semiáridas sobreviven a pesar
de la escasez de agua y los suelos poco profundos, porque tienen acceso a los
recursos hídricos del subsuelo. Sin embargo, los modelos tradicionales de
gestión hidrológica no incluyen la transpiración de las aguas subterráneas, por
lo que subestiman la evapotranspiración real y sobreestiman la recarga del
acuífero.
“Las zonas semiáridas se caracterizan por
tener una disponibilidad limitada de agua por lo que la vegetación existente ha
tenido que adaptarse a las condiciones climatológicas. Concretamente, el suelo
de la parcela de La Hunde es muy poco profundo, en torno a unos 30 centímetros,
y es en la roca karstificada donde se almacena agua. Por ello, las raíces de la
encina han penetrado dicha roca para poder sobrevivir los meses de verano
gracias a las reservas de agua, mientras el suelo está seco”, afirma la autora
principal del artículo, Cristina Puertes.
Los modelos de gestión y la transpiración de recursos
subterráneos
“Al principio en las
diferentes modelizaciones realizadas, observábamos que la encina no podía
sobrevivir si no se tenía en cuenta la transpiración de los recursos
subterráneos. Por ello, hemos adaptado a escala parcela los modelos de TETIS y
LEACHM, incluyendo este proceso”, señala Cristina.
De este modo, la
investigadora del IIAMA realizó una calibración con un enfoque de múltiples
objetivos, multivariable (humedad del suelo y transpiración), que ayudara a
determinar el comportamiento hidrológico de los “bosques freatófilos
facultativos” en condiciones semiáridas.
De hecho, esta calibración se comparó con el enfoque tradicional de
calibración con una sola variable y un solo objetivo, para conocer su grado de
precisión.
“Los resultados
establecen que la calibración de multivariable es una buena herramienta para
reproducir el comportamiento hidrológico de un bosque freatófilo facultativo,
siempre que se dispongan de suficientes datos” resalta Cristina Puertes.
Concretamente, los
resultados mostraron que la encina depende fuertemente de los recursos de agua
subterránea, especialmente en los meses de verano, durante los cuales la
transpiración de recursos subterráneos se encuentra en torno del 40-70% de la
transpiración total.
Por ello, la
investigadora del IIAMA destaca que su trabajo cuantifica la incidencia de la
encina sobre los recursos hídricos, realizando una estimación más real de las
reservas disponibles en el subsuelo y por lo tanto predicciones más precisas.
“Mi
investigación deja patente que los modelos hidrológicos aplicados en regiones
semiáridas, deben incluir el proceso de la transpiración de aguas subterráneas,
ya que estos bosques pueden influir en gran medida en la disponibilidad futura
de agua”, concluye la investigadora del IIAMA.
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