“¿Qué pasaría si nos encontráramos a presidiarios limpiando nuestros ríos?”

infoJUCAR | Segunda parte de la carta recibida de un lector de esta revista | “¿No sería lo más lógico, que verdaderamente se invirtiera de manera notable en cuadrillas forestales que ejecuten sobre el terreno un plan de acción diseñado de antemano?”
© Manuel A. Laredo | En relación a la suciedad de nuestros ríos, sobre todo en cuanto a la caña invasora, otro de los argumentos que he visto repetido estos días hasta la saciedad, es la de que deberíamos obligar a los presos a realizar ese tipo de trabajos “ya que encima están en la cárcel sin hacer nada y siendo mantenidos con nuestro dinero”.

Aunque entiendo el fondo del argumento, creo verdaderamente que quienes afirman tal cosa lo hacen con demasiada ligereza de pensamiento. ¿De verdad todo el mundo estaría encantado con que presos que están en la cárcel por haber cometido delitos “disfruten” del aire libre aunque sea trabajando? ¿Qué ocurriría si uno de esos presos se fuga mientras limpia cañas en el Júcar? ¿Cuál sería el coste de vigilar, y de qué manera podría hacerse, una partida de presos en un paraje natural?
Creo que, en la demagogia del mundo en que vivimos, como digo en el mundo del “comentario por repetición”, estar continuamente “machacando” con este tipo de argumentos sin profundidad no favorece a nadie.
Y más, cuando a la coletilla de los presidiarios, se añade otra aún peor, por lo que tiene de “clasista” y de comparación.
“Y si no, que trabajen quitando cañas los que están en el paro, que para eso cobran del Estado sin hacer nada”.
Miren, señores, más allá de poner en la misma balanza de argumento a presos y desempleados (que ya de por sí se descalifica por sí mismo) por desgracia, yo he sido uno de los afectados por la crisis económica, trabajé durante años en una empresa que finalmente quebró y tanto yo, como otra veintena de compañeros, la mayoría con más de 40 años nos quedamos en la calle. Por suerte, en nuestro sistema social de protección, pudimos acogernos al desempleo para, de buena o mala manera, reincorporarnos a la vida laboral. Si a mí, en ese momento, me dicen que “que tengo que ir a limpiar cañas al río, que para eso cobro del Estado sin hacer nada”, mi reacción sería apocalíptica.
El desempleo es una cobertura social que nos hemos ganado todos, con el sudor de nuestra frente, individualmente y como país; nunca puede convertirse esta ayuda en una especie de trabajo forzado.
¿No sería lo más lógico, que verdaderamente se invirtiera de manera notable en cuadrillas forestales que ejecuten sobre el terreno un plan de acción diseñado de antemano?
Al menos generaría empleo. Y los presos estarían donde tienen que estar, es decir, en la cárcel, y los desempleados estarían donde tienen que estar, es decir, buscando activamente trabajo. Quizás lo encontrarían hasta de peón forestal “anti-cañas”.


MANUEL ANTONIO LAREDO FERNÁNDEZ







📮 BUZÓN DEL LECTOR infojucar@gmail.com 

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