El futuro de la central nuclear de Cofrentes divide a la política valenciana

La central nuclear de Cofrentes, que provee alrededor del 4% de la energía total de España, está en el centro de un intenso debate político. La licencia de operación expira en 2030, y tanto partidos políticos como colectivos sociales están presionando al gobierno para tomar una decisión sobre su cierre o continuidad.

El PSOE, liderado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha manifestado la necesidad de realizar una transición energética hacia fuentes renovables, pero ha dejado abierta la posibilidad de mantener la central operativa hasta el fin de su licencia. Por su parte, el Partido Popular (PP), que gobierna la Generalitat Valenciana, defiende la continuidad de Cofrentes como una fuente estable de energía que ayuda a mantener el precio de la electricidad y a garantizar el suministro.

El debate también incluye a Compromís y Podemos, que han exigido un cierre inmediato de la central por sus riesgos para el medio ambiente y la población cercana. Estos partidos argumentan que prolongar su actividad es incompatible con los compromisos de lucha contra el cambio climático y alertan sobre la necesidad de acelerar la inversión en energías renovables. Desde la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y otros sectores industriales, en cambio, apoyan la extensión de la vida útil de Cofrentes para evitar un impacto negativo en la economía.

En paralelo, colectivos ecologistas como Greenpeace han intensificado sus campañas para cerrar la central, alertando sobre la seguridad de la infraestructura y los residuos nucleares. Sus portavoces subrayan los problemas de envejecimiento de la planta, que ya lleva más de 40 años en funcionamiento, y advierten de los peligros de posibles incidentes.

Oposición frontal de PP y VOX

Tanto el Partido Popular (PP) como Vox han adoptado una postura firme a favor de la continuidad de la central nuclear de Cofrentes. Ambos partidos consideran que el cierre de la planta antes de 2030 pondría en peligro la seguridad energética de la Comunidad Valenciana y aumentaría el precio de la electricidad. Además, defienden que la energía nuclear es una fuente limpia y estable, crucial para garantizar el suministro eléctrico en momentos de crisis energética y mientras se desarrolla la infraestructura de energías renovables a gran escala.

El PP ha destacado que la central de Cofrentes es un pilar estratégico para la economía local, mientras que Vox ha sido más crítico con los planes de cierre, calificándolos de "imprudentes" y señalando que la transición a energías renovables, si bien necesaria, aún es insuficiente para suplir la demanda energética de la región.

Estos partidos subrayan que la inversión en nuevas tecnologías nucleares y el fortalecimiento de la red eléctrica nacional son esenciales para asegurar una transición ordenada, sin comprometer el crecimiento económico ni el bienestar de los ciudadanos.

El futuro de Cofrentes se ha convertido en un tema clave dentro del contexto más amplio de la política energética de España, donde la descarbonización y el abandono progresivo de la energía nuclear son metas a largo plazo, pero que chocan con las preocupaciones sobre la suficiencia energética y los precios de la luz.

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