El invasor ‘langostino café’ llega al Mediterráneo y ya se está vendiendo mezclado con al marisco autóctono

Ocurrió con el cangrejo azul y la historia se repite ahora. La costa mediterránea española ha empezado a detectar una nueva especie invasora, el conocido como langostino café, que supone un nuevo problema para el ecosistema local y que además de acomodarse en nuestros hábitats se está convirtiendo en un ejemplar que puede acabar en muchos mercados y platos.

De hecho, por desgracia nuestro país ya está habituado a que animales exóticos se acomoden aquí: cangrejos azules, cotorras argentinas, mosquitos tigre, caracoles manzana, mejillones tigre o ranas toro son solo algunas de las especies que ya campan a sus anchas, habiendo afectado gravemente a la biodiversidad pero también a la salud humana y a la economía de muchas zonas.

Ahora, la Generalitat de Cataluña acaba de activar las alarmas tras haber detectado su presencia acomodada en aguas marinas de Les Cases d'Alcanar y La Ràpita, en el Delta del Ebro, una zona especialmente vulnerable, el langostino café, dando por hecho de que «podría suponer un riesgo para el langostino autóctono» y que se está comercializando. Allí, ya hay unas capturas diarias variables pero que pueden llegar a los 4 kilos.

La detección la ha confirmado esta misma semana el departamento catalán de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, que confirmó además que este marisco se está pudiendo vender ya junto al langostino local (el 'Penaeus kerathurus') o la gamba blanca, ya que no se distingue durante su comercialización en las lonjas.

De hecho, según reconoció la Generalitat este jueves el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona ya detectó en febrero de 2022 un espécimen del mismo tipo entre las capturas de un arrastre de la capital catalana. También la Generalitat Valenciana lo estuvo percibiendo en sus investigaciones del año pasado, y en octubre la incorporó a una lista de especies exóticas. El Govern ahora ha estado trabajando al respecto en el Delta del Ebro porque es una zona muy propicia a la expansión de nuevas especies por sus aguas cálidas.

La especie en concreto se llama 'Penaeus aztecus Ives 1981' y procede de la costa del este de México y Estados Unidos, donde es un recurso pesquero muy preciado, apuntan desde el Institut Català de Recerca per a la Governança del Mar (Icatmar), que ha elaborado un estudio al respecto. Sus primeras detecciones se dieron en el sur de Turquía en 2009, donde se cree que debió llegar de manera no intencionada, a través de larvas en aguas de lastre. «Desde entonces no ha dejado de extenderse por todo el Mediterráneo», incide el Icatmar.

Para diferenciarlo de otro langostino, los expertos se fijan en su coloración, marrón con algún tono naranja o amarillo pero siempre más pálida, y homogénea, y en su cara, con 8 o 9 dientes por encima y 2 por debajo. Además, cuentan desde la Generalitat, su exoesqueleto es algo más blando que el del langostino autóctono, que tiene unas medidas casi calcadas. La gamba blanca, por su cuenta, es algo más pequeña pero tiene un color mucho más igual.

Como suele ocurrir en estos casos, el langostino café tiene una gran capacidad de proliferación y dispersión y al competir por los mismos recursos que los ejemplares autóctonos afectan negativamente a estas segundas. Por todo ello, la Dirección General de Política Marítima y Pesca Sostenible de la Generalitat cree que la pesca profesional es la única herramienta efectiva para tratar de frenar su expansión en el territorio, algo que ya hizo hace un par de años con el cangrejo azul, muy preciado por su sabor. Con todo, el Govern insta a comercializar independientemente estos langostinos, dejando claro que se trata de una nueva especie.

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