Grandes catástrofes en las presas mineras
infoJUCAR | Los expertos estiman que cada año se
registran en todo el mundo, entre una y cuatro fallas en presas relacionadas
con la minería, multiplicando por 10 los accidentes ocurridos en presas
hidráulicas
© PEDRO GAVIDIA, METEORÓLOGO DE AYORA |
Los últimos incidentes ocurridos en la presa de una gigantesca
mina de hierro de la compañía brasileña Vale en Brumadinho, al sureste de
Brasil, han puesto una vez más en el punto de mira las condiciones de seguridad
existentes en el mundo de las operaciones mineras, y más concretamente en sus
presas o represas.
Desde América hasta
Australia, las grandes empresas mineras, con el propósito de expandirse y
buscar nuevas economías de escala, han ido excavando canteras cada vez más
grandes y profundas, aumentando el volumen de desechos hasta cifras récord. Con
la finalidad de poder almacenar tales cantidades de residuos, han construido
gigantescas estructuras, conocidas como presas de relaves, formadas por enormes
terraplenes que contienen el agua que queda después de separar los metales de los
minerales, junto a depósitos de lodo y roca finamente molida.
En teoría, podemos
pensar que estos relaves, al tener una envergadura tan destacada, aguantarán de
forma permanente y eterna, pero la realidad es que suelen fallar con mucha
frecuencia, provocando numerosos daños y en ocasiones auténticas catástrofes.
Las peores y más recientes catástrofes
Mina Mount
Polley-Cariboo, Columbia Británica, Canadá. Se produjo el 4 de agosto de 2014,
al romperse la presa de relaves de la mina a cielo abierto de cobre y oro de la
empresa Imperials Metal Corporation (Canadá). Fue uno de los mayores desastres
mineros de la historia del país. Se contaminaron con 25.000.000 de metros
cúbicos de desechos tóxicos, el río Cariboo, el arroyo Hazeltine y los lagos
Polley y Quesnel.
Mina Buenavista del
Cobre-Arizpe, Sonora, México. Ocurrió solo 2 días después del desastre
canadiense, es decir, el 6 de agosto de 2014. Se derramaron 40.000 metros
cúbicos de residuos tóxicos a los ríos Sonora y Bacanuchi, procedentes de la
mina Buenavista del Cobre, gestionada por la empresa estadounidense Southern
Copper Corporation. Como consecuencia del vertido, 380 personas se contaminaron
de forma directa al utilizar agua en el momento del derrame y, posteriormente,
la contaminación llegó a la presa El Molinito, causando nuevos problemas de
salud en los municipios de Ures y San Felipe.
Mina Germano-Mariana,
Minas Gerais, Brasil. El día 5 de noviembre de 2015, la rotura del dique de
Fundão provocó un gran vertido de lodo tóxico que devastó el pueblo de Bento
Rodríguez y provocó la muerte de 19 personas. Según las estimaciones, la
empresa que operaba (Samarco Mineração), filial de las gigantes Vale
(brasileña) y Bhp Billinton (australiana-británica), volcó la desorbitada cifra
de 60.000.000 metros cúbicos de barros contaminados, los cuales después de
destruir Bento Rodriguez, recorrieron hasta 700 kilómetros hasta verterse en el
Océano Atlántico, arrasando a su paso varios parques naturales y áreas
indígenas de gran valor ecológico.
Mina Veladero-Jáchal, San Juan, Argentina. El 13 de septiembre de 2015, un vertido de 1.000 metros cúbicos de desechos con cianuro, realizado por la empresa Gold (Argentina), filial de la minera Barrick Gold (Canadá), alcanzó la desembocadura del deshielo de la Cordillera de los Andes, lugar donde nacen numerosos ríos de la región. El agua contaminada siguió su recorrido por los cauces fluviales de la zona, afectando a la cuenca hídrica que abastecía a varias poblaciones como Jáchal, provocando un gran daño sanitario y ambiental.
Mina Veladero-Jáchal, San Juan, Argentina. El 13 de septiembre de 2015, un vertido de 1.000 metros cúbicos de desechos con cianuro, realizado por la empresa Gold (Argentina), filial de la minera Barrick Gold (Canadá), alcanzó la desembocadura del deshielo de la Cordillera de los Andes, lugar donde nacen numerosos ríos de la región. El agua contaminada siguió su recorrido por los cauces fluviales de la zona, afectando a la cuenca hídrica que abastecía a varias poblaciones como Jáchal, provocando un gran daño sanitario y ambiental.
Represa minera de
Brumadinho, Minas Gerais, Brasil. Es hasta el momento uno de los desastres
mineros con mayor número de pérdidas humanas y además el más reciente, ya que
tuvo lugar el pasado 25 de enero del presente año. Las instalaciones, pertenecientes
a la compañía brasileña Vale, derramaron unos 13 millones de metros cúbicos de
lodos, los cuales alcanzaron hasta unos 80 kilómetros por hora, arrasando
multitud de viviendas y llevándose consigo la vida de 165 personas hasta el
momento, cifra que previsiblemente continuará creciendo, pues todavía hay cerca
de 200 desaparecidos.
En definitiva, aunque el
número de fallas y accidentes en las presas mineras ha ido descendiendo
progresivamente en los últimos años, los más graves y de mayor magnitud han aumentado,
por lo que, a pesar de los múltiples avances en ingeniería y legislación
ambiental, todavía queda mucho camino por recorrer para acabar completamente
este tipo de catástrofes.
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